16 de julio de 2013

Conurbano Bonaerense y medio ambiente: Una guerra desigual



El barrio "La Rotonda" es una comunidad de aproximadamente 4.000 habitantes que se encuentra dentro del municipio de Florencio Varela, a escasos 2 kilómetros de la rotonda de Gutiérrez, - más conocida como rotonda de Alpargatas- que le da nombre al barrio. 



Este lugar, nacido como hogar de trabajadores y zona residencial, se encuentra gravemente amenazado por la contaminación de su ambiente, la cual proviene de más de una veintena de fabricas que lo rodean, pertenecientes -casi su totalidad- a la Segunda y Tercera categoría de contaminación, entre ellas curtiembres, fábricas de pinturas, lacas y barnices, una fábrica de pesticidas de uso agrícola, una recuperadora de baterías, y otras tantas que arrojan -o arrojaron- sus desperdicios sobre el arroyo que atraviesa el barrio, el que presenta alta contaminación biológica y química debido, fundamentalmente, al vuelco de efluentes tanto industriales como cloacales de las mentadas empresas. 
Esta situación -recurrente en el conurbano bonaerense- causa alarmantes consecuencias sobre la salud de los vecinos de La Rotonda, principalmente en los niños que son los más vulnerables a este tipo de flagelos. Dentro de las afecciones mas habituales encontramos problemas respiratorios de todo tipo, plombemia o saturnismo (exceso de plomo en sangre), problemas neurológicos y de crecimiento (entre diversos cuadros de discapacidad), crecientes nacimientos problemáticos, inadaptación escolar, falta de concentración o hiperactividad solo por nombrar algunos. 

Afortunadamente un grupo de vecinos del barrio no está dispuesto a ver como su salud, la de sus hijos y el medio en el que viven son degradados en favor de un supuesto desarrollo industrial. Es por ello que han realizado múltiples llamados de atención y peticiones dirigidas tanto al Municipio de Florencio Varela como a diversas áreas del Estado Provincial, todos ellos desoídos, hasta inclusive un corte parcial de la Ruta 36 en reclamo de condiciones dignas de vida, no solo para ellos sino también para las generaciones venideras.

La gravedad de los hechos llevó a la Secretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires a declarar la "crisis ambiental" de la zona en 2006 y formar un "comité de crisis" con el objeto de revertir la situación. Sin embargo el mentado comité fue disuelto vergonzosamente sin haber realizado tarea alguna.

Ante la negativa institucional de brindar respuestas acordes con la realidad descrita los vecinos del barrio, con el apoyo y acompañamiento de la Clínica Jurídica de Derechos Humanos de la UNLP, deciden llevar el reclamo a sede judicial en la causa "RUIZ AZUCENA PAOLA ELVIRA Y OTROS C/ FISCO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y OTROS S/PRETENSIÓN RESTABLECIMIENTO O RECONOCIMIENTO DE DERECHOS" que tramita ante el Juzgado Contencioso Administrativo N°1 de la ciudad de La Plata. En esta causa no solo son demandadas las empresas responsables de la contaminación del ambiente sino también los municipios de Florencio Varela, Berazategui y la Provincia de Buenos Aires por la omisión en sus deberes de control sobre las empresas y su desinterés total y absoluto por el bienestar de la población del barrio violando de esta manera derechos fundamentales de los que allí viven.

En el marco de la citada causa fueron tomadas diversas medidas con el objeto de precisar la gravedad sanitaria del barrio como así también de controlar a las principales empresas responsables de la degradación del ambiente.

Los intereses creados en torno al desarrollo industrial en la Provincia de Buenos Aires son muchos, principalmente económicos, y quienes tienen la obligación garantizar los derechos fundamentales para una vida digna de los que allí residen, no solo incumplen con el deber de control de las empresas, sino que son cómplices de una realidad perturbadora que aqueja a todo el conurbano bonaerense. Los municipios en particular, y La Provincia de Buenos Aires en general, se han encargado en los últimos 30 años de destruir el medio ambiente protegiendo y resguardando a sectores de la industria que tienen como único propósito aumentar la rentabilidad de sus productos sin importar las consecuencias que estas actividades puedan tener en la salud de aquellos que viven en zonas cercanas a polos industriales. 

El nivel de fuerzas no es ni remotamente equiparable. Un puñado de vecinos con gran vocación de lucha, sentido de pertenecía y altos niveles de responsabilidad ciudadana difícilmente puedan emparejar a grandes conglomerados económicos que cuentan con el respaldo político e institucional de una provincia que hace mucho tiempo ha decidido omitir sus deberes de control, dando vía libre a la contaminación desenfrenada y llevando a su población a un futuro que, muy probablemente, los encuentre en condiciones criticas a nivel sanitario e irremediables a nivel ambiental.

Los vecinos dan pelea. No se rinden ante las trabas y palos que les son interpuestos en la búsqueda de un nivel de vida digno que les permita alcanzar sus objetivos, tanto personales como los de la comunidad. Y a pesar de la desigualdad de fuerzas tienen la inquebrantable seguridad de que sus esfuerzos nos son en vano, y algún día sus derechos serán garantizados.

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